Job: un libro que responde a algunas de nuestras preguntas más
fundamentales, más existenciales; Job es la rebeldía contra la
injusticia del sufrimiento y del silencio de Dios.
Sí, Job es el hombre que se rebela contra Dios. No puede ni
resignarse a la injusticia que se comete con él ni hacerse ateo.
Job es el que protesta contra Dios. Durante una semana vamos a
sumergirnos en la prueba de la fe. Porque el libro de Job no es más
que una parábola que llega directamente al corazón; nos habla de un
hombre a vueltas con su Dios. Desconcertado en su vida, hundido por
tantos sufrimientos, Job emprende el combate de la fe. Como su
antepasado Jacob; como Jesús, a quien prefigura. Es la prueba del
hombre, tratado por Dios como un enemigo, que apela a Dios contra
Dios.
Ser discípulo es una prueba. El que ha escuchado la llamada del
Señor se ve marcado por una herida que nada podrá hacer olvidar.
Como Jacob, el creyente se ha quedado cojo para toda la vida. El
Evangelio toma cuerpo cuando Jesús sube a Jerusalén. Así lo ha
querido especialmente el evangelista Lucas. La fe nace a lo largo de
ese camino de la cruz, en ese largo debate entre el poder de las
tinieblas, que se despliega con toda su fuerza, y la humilde plegaria
del servidor: "¿A quién iremos, Señor? Tú tienes palabras de vida
eterna" ¿Quién despertará a la fe sino aquel que se pone a seguir a
Jesús y le dice: "Yo sé que está vivo mi Vengador y que al final se
alzará sobre el polvo. Después que me arranquen la piel, ya sin carne,
veré a Dios" (Jb 19, 25)? Misterio oculto a los sabios, pero revelado a
los pequeños que sólo saben invocar con estas torpes palabras: "Oh,
Dios, no nos dejes caer en la tentación". Misterio cumplido en la
sangre derramada del Siervo del Señor: "Dios colmará de bienes a los
hambrientos".
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